Monday, March 21, 2011

Una carta en el buzón

Nació de una costilla
Como todo ser, hijo.
Y el estado lo adopto
Opto por cambiar sus valores,
Sus ideologías, cambiadas por un par de armas,
Y su guitarra, en lo que luego realizo que era un sueño de vida,
La dejó.


Pasó a ser hijo de su madre,
Y se convirtió en hijo del Estado.


Experimento con sangre,
Y la muerte lo tocaba,
Y lo perseguía día a día.
Empezó entre montañas
Que luego pasaron a ser montañas de gente,
Gente con sangre,
Gente muerta.


De muchos pocos y así murió.
Comenzó como hijo del Estado
Y al morir una carta en el buzón a su familia.
Con agua y manguera limpiaron su sangre.
(porque muertos ya no los quiere el Estado)


Gracias por servirnos, ahora préstame a tu hermano,
El Estado

Lo prometo

Recuerdo haber tenido un radio. Aquel radio que bien servía para informar, aquel radio que tocaba mi canción preferida. Aquella canción que todavía esta aquí, que recuerdo, que las letras se me han ido olvidando durante los años pero que todavía repito los mismos versos, los mismo versos, las mismas 6 palabras que me mantienen viva.

Qué pasó ni se, aquellas 6 palabras que sonaban en mi canción me bloquearon de la realidad, y nunca supe como empezó todo y porque ni cuando (aunque creo que fue un lunes). Se que no perdí a nadie, solo vecinos, mi casa, y comida, mucha comida y dinero. Recuerdo que perdimos el radio pero que salimos lo mas rápido posible, se que escapamos porque andamos vivos y que inconscientemente aquel día agarre mi cuaderno al escapar de la casa.

Vivos, todos. Salimos y todo pasó y está pasando todo. Y el periódico nos miente, y la radio no las controla el gobierno y nadie sabe a quien creerle. Y todos andan deseando un pasaje a otro lado, todos deseando un plato de comida caliente y no en lata, no más pan, no más café de ayer. Y en realidad quise que todo pasara. Y no tenía miedo ni lo tengo porque mi canción me salva. Y paso y lo escribo y seré famosa cuando todo acabe. Y publicaré mi canción en mi libro y todos conocerán la verdad o la verdad alterada, tal vez escriba lo que vea e incluiré las mentiras de los medios y hablaré de lo cómodo que vive el gobierno y del estomago vacío que sufren mis padres por darnos comida.

Escribiré y lo leerán. Escribiré y algunos intentarán quemar mis libros, y cuando pase desearé no estar viva, porque en mis letras un alma desnuda, con coraje, un ojo que siente y te promete no mentir. Y leerán y el gobierno cumplirá con esconder todas las copias. Y moriré, pero cumpliré con mi propósito de decirte la verdad.

Todo comenzó con 6 palabras y un cuaderno. Y ahora cuales son, no lo se, creo que he olvidado esas 6 palabras, porque la sangre y la injusticia se mantienen en mi memoria, y el hambre ya no me deja pensar. Qué pasó lo leerás cuando muera, y publique las memorias de mis ojos; Te lo prometo. Ahora sólo cumplo con recordarme de esas 6 palabras, que me acuerdan a una civilización con radio, música que unía a un pueblo.

Fue solo un espejismo.

Caminaba, había caminado ya por 3 horas supuso. Caminaba descalza y caminaba en busca de si misma. No llevaba nada, ni reloj, ni zapatos, nada, solo un traje de flores cremas y una hebilla en su pelo que luego soltó para dejar un rastro atrás de quien ella misma dejo atrás caminando. Caminando entres la flora apreciaba no ser nadie, y la vez le era mas visible a las flores que a los mismo humanos y familiares que la veían todos los días. Caminaba no solo para encontrarse pero porque caminando desechaba la idea de una vida rutinaria y se despedía de la vida. Respiraba un aire calmado, respiraba por el momento y eso era lo importante. Se sentía parte de nadie y a la vez del aire que en el momento reconoció que también era vida. Un inmenso miedo relajaba sus venas, la hacia suspirar "las mejores cosas en la vida no son cosas" y seguía caminando. Estaba convencida que seguiría caminando, buscando el camino a sus sueños y a la vez buscando el camino hacia la muerte. Recordaba caminando sin recordar tanto que una vez fue feliz, pero luego realizo que solo había sido un espejismo y seguía caminando persiguiendo el miedo. Camino y camino hasta que la noche se hizo mas oscura y decidió caminar mas lento, hasta que quedo dormida entres hojas, tierra, y miedo.


Al despertar había disfrutado del caminar de la noche anterior, no supo como explicárselo a si misma. Se levanto de la sabana de sueño que la cubría, tomo un vaso con agua, uso del baño, desayuno lo que le habían preparado en su bandeja y una aguja incomoda volvió a sentirse en su piel. Volvió a cerrar los ojos, y la enfermera le explico que tendría síntomas parecidos a los que le había explicado el día anterior, sueños inexplicables, alucinaciones y una fiebre ardiente que la haría desear la muerte. Era muy tarde ya para explicaciones, su paciente ya había comenzado a caminar y la muerte la había deseado al sentir la aguja. Y así mismo se escuchaba en aquel cuartito que compartían dos "las mejores cosas en la vida no son cosas"